La piel: frontera viva entre el mundo y yo

La piel: frontera viva entre el mundo y yo

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. No solo es una superficie que nos envuelve. Es la frontera que separa quién soy yo del mundo exterior. Todo lo que toca, todo lo que roza, todo lo que intenta entrar: primero pasa por ella.

Nuestra piel es un límite vivo. Respira, siente, recuerda. Informa al sistema nervioso del frío, del calor, del peligro y del placer. Protege lo que somos por dentro sin dejar de dialogar con lo que ocurre afuera.

En Ayurveda, la piel no se entiende como una simple capa externa. Es un espejo del cuerpo y la mente. Cuando hay exceso de estrés, inflama. Cuando falta descanso, se apaga. Cuando hay toxinas, lo cuenta sin filtros. La piel habla siempre, incluso cuando no queremos escuchar.

Cuidar la piel es cuidar la relación con el mundo. Cuidarla es dignificar ese espacio íntimo donde termina lo externo y comienza lo propio.

En Jeevan Ayurveda trabajamos para restaurar su salud profunda, su firmeza, su luz. No para congelar el tiempo ni negar la vida que pasa, sino para que esa frontera siga siendo fuerte, flexible y serena.

Que la piel siga siendo lo que debe ser: una frontera segura, un territorio sagrado, un puente entre lo visible y lo que solo se siente.

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