Ritual del Té de Jeevan Ayurveda

Ritual del Té de Jeevan Ayurveda

Un encuentro con el instante.

Desde tiempos antiguos, las culturas más sabias han encontrado en el té un camino hacia el silencio, la belleza y la presencia. En Japón, la ceremonia del té (chanoyu) es un arte que revela lo sagrado en lo simple. En India, el acto de preparar una infusión con hierbas sanadoras es una medicina para el cuerpo y también para el alma.

El Ritual del Té de Jeevan Ayurveda nace de ese mismo anhelo: detener el mundo por un instante y habitarlo desde el corazón. No se trata solo de beber una infusión, sino de crear un espacio íntimo donde la respiración se aquieta, los sentidos despiertan y el tiempo se vuelve suave.

Es un momento para reconectar con lo esencial.
Para escucharse.
Para recordar que estar viv@, aquí y ahora, es suficiente.

Hoy no tomes té. Haz un ritual.

  1. Elige tu infusión con intención

Pregúntate: ¿Qué necesito hoy? ¿Qué me haría bien?

  • Vata– Ashwagandha tea: «Cuando el mundo te agota y el viento interior te dispersa, el té Vata te abraza y te enraíza.»
  • Pitta- Haridra tea: «Cuando el fuego sube y todo arde, el té Pitta refresca tu organismo sin apagar tu luz.»
  • Kapha- Moringa tea: «Cuando la quietud se vuelve peso, el té Kapha te despierta y aligera con suavidad y alegría.»
  • Aura tea: «Cuando quieras expandirte y brillar desde dentro, el té Aura eleva tu frecuencia.»
  • Nirama tea: «Cuando el cuerpo pide limpieza y ligereza, el té Nirama te purifica con dulzura.»
  1. Crea tu espacio

Busca un rincón tranquilo. Limpio. Bello.
Puedes encender una vela, colocar una flor, una piedra o un cuenco.
Haz que ese lugar refleje tu presencia.

  1. Calienta el agua con atención

No hay prisa.
Mira el agua transformarse, escucha su murmullo al hervir.
Este gesto cotidiano es un acto sagrado.

  1. Prepara la infusión como si fuera una ofrenda

Coloca la infusión escogida en tu taza favorita.
Vierte el agua con lentitud. Observa el color. Percibe el aroma.
Mientras el té reposa, respira profundo.

  1. Siéntate y bebe con presencia

Toma la taza entre tus manos.
Siente su calor.
Da un primer sorbo en silencio, como si besaras la vida.
No hay nada que hacer, solo estar.

  1. Cierra el ritual con gratitud

Antes de volver al día a día, quédate unos segundos en quietud.
Puedes escribir una palabra, una sensación, una intención.
O simplemente sonreir a la vida.

Este ritual no busca perfección.
Solo conexión.
Un gesto sencillo, repetido con alma, tiene el poder de transformar todo.

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