Nirama. Pure Cleansing Oil
El primer mandamiento de la belleza y la luminosidad es la limpieza
Nir, en sánscrito, significa “sin”; y Ama, “toxina”. Nirama, sin toxinas.
Aceite de arroz, aceite de ricino, neem, granada, rosa canina, salvia y romero se reúnen en este aceite de acción detoxificadora, regeneradora, calmante, protectora de la piel y su campo sutil, y energética.
Es un producto bifuncional:
- Tratamiento- masaje detox para la piel del rostro y del cuerpo.
- Desmaquillante diario que arrastra todas las impurezas, dejando la piel limpia, nutrida, suave y elastica.
Detox visible y sutil:
En Ayurveda se enseña que “lo similar atrae lo similar (samanya). Por eso, cuando la piel se detoxifica con sustancias puras, también se purifica el campo sutil: la limpieza y claridad externa invita al prana (energía vital) limpio a entrar y circular. Una piel limpia no solo respira mejor, también vibra más alto.
Beneficios esenciales:
- Detoxifica, purifica y limpia en profundidad sin agredir la piel.
- Favorece la regeneración celular y el equilibrio del manto hidrolipídico.
- Aporta elasticidad, suavidad y luminosidad.
- Ayuda a prevenir microorganismos y parásitos cutáneos (acción tradicional del Neem).
- Protege contra el daño oxidativo y el envejecimiento prematuro.
- Calma la inflamación y la sensibilidad cutánea.
- Refuerza el campo energético de la piel (acción sutil).
- Elimina y arrastra el maquillaje y las impurezas lipofílicas (solubles en grasa), con suavidad. Deja un acabado sedoso tras el enjuague.
Aplicar con presencia:
Nirama Oil se aplica con consciencia.
No es solo limpieza: es activación, liberación, cuidado. Un gesto que, cuando se hace con atención, se transforma en ritual.
Masajear la piel con presencia es permitir que el cuerpo reconozca la intención: no solo eliminar lo que sobra, sino abrir espacio a lo que nutre.
Depuración externa e interna
Y como toda limpieza auténtica busca continuidad, te invitamos a acompañar el uso de Nirama Oil con una taza de Nirama Tea.
Mientras la piel se libera por fuera, el cuerpo se aligera por dentro.
Depurar no es vaciar: es volver a sentirnos limpios, presentes, y con luminosidad.
Permite que tu piel y tu organismo muestren su pureza.
Lo que está limpio, es luminoso.